La verdadera musulmana ayuna el mes de Ramadân y su alma entera se llena de fe: "A quien ayune Ramadân con fe y esperanza de ser recompensado le serán perdonados todos sus pecados anteriores." [1] La creyente tiene la actitud de alguien que ayuna honestamente, cuyas facultades se mantienen alejadas de toda clase de pecados que puedan invalidar el ayuno o disminuir su recompensa. Si ella se encuentra expuesta a las tentativas de hostilidad o discusión, sigue el consejo dado por el Profeta a los hombres y mujeres ayunantes:
                                                          
"Cuando alguno de vosotros esté ayunando no debe pronunciar palabras groseras ni levantar su voz encolerizado. Si alguien lo provoca o lo agrede, debe decir: Estoy ayunando."[2]
"Quien  no abandone el discurso hipócrita ni las malas acciones sepa que Allah    no tiene necesidad de que deje de comer y beber."[3]
   Durante Ramadân, la  fiel musulmana siente que está inmersa en la atmósfera de un mes distinto de  cualquier otro, en el que las buenas acciones deben ser multiplicadas y los  portales de la bienaventuranza se abren a lo ancho. Ella sabe que su ayuno  durante este mes sagrado debe ser solamente para Allah ,  pues la recompensa de Allah 
, El Generoso y El Magnificente, es más grande y más vasta  que lo que cualquiera se pudiera imaginar.
                    
"Todas  las obras buenas de los hijos de Adán serán multiplicadas de diez a setecientas  veces. Allah   dijo: 'Excepto por el ayuno, pues se hace por Mí y Yo soy Quien lo recompensa;  ya que ellos abandonan las pasiones y la comida por Mí. El ayunante tiene dos  momentos de alegría: Uno cuando finaliza su ayuno y el otro cuando se encuentra  con su Señor. Ciertamente, el mal aliento que proviene de la boca del ayunante  es más placentero a Allah 
  que el perfume del almizcle."[4]
   Por  lo tanto, la musulmana prudente debe lograr un equilibrio razonable durante este  bendito mes tan corto entre sus obligaciones domésticas y la oportunidad que  trae este mes para estar más cerca de Allah ,  a través de la adoración y las buenas acciones. Por ello, no debe dejar que sus  quehaceres domésticos la distraigan de realizar las oraciones obligatorias en  los tiempos fijados, o de leer el Corán, o de rezar las oraciones  nauâfil. Ni tampoco debe dejar que las tradicionales reuniones nocturnas  de la familia le impidan rezar el qiâm al lail y el tahayyud, o de  hacer du‘â'. Ella sabe la gran recompensa y el perdón abundante que Allah  
  ha preparado para quienes permanezcan levantados para orar durante las noches en  Ramadân:
"Quien pase la noche en oración durante el mes de Ramadân, solamente por la fe y la esperanza de recompensa, le serán perdonados todos sus pecados anteriores."[5]
El Profeta       solía esforzarse en realizar más buenas obras durante Ramadân que  en otros períodos, especialmente durante los últimos diez días del mismo. Dijo  ‘Â'ishah 
 :
"El  Mensajero de Allah   solía esforzarse durante Ramadân, especialmente en los últimos  días de este mes, más de lo que acostumbraba en otros períodos."[6]
   ‘Â'ishah     también dijo:
"Cuando  comenzaban los últimos diez días de Ramadân, el Mensajero de Allah    permanecía levantado durante toda la noche, despertaba a su familia, se  esforzaba con mayor vigor y se abstenía de las relaciones  conyugales."[7]
El  Profeta ,  solía ordenar a los musulmanes que buscarán lailah al qadr (la noche del decreto), y los alentaba a  pasar esa noche en oración.
               
"Buscad lailat al qadr durante los últimos diez días de Ramadân."[8]
"Quien pase la noche de lailat al qadr en oración y alabanza, únicamente por la fe y la esperanza de recompensa, ciertamente todos sus pecados precedentes le serán perdonados."[9]
Este bendito mes es un tiempo dedicado exclusivamente a la adoración. La musulmana de mentalidad seria no tiene tiempo para la charla u otras ocupaciones banales a lo largo de la noche. Ella no debe estar entre quienes desperdician toda la noche, hasta que se aproxima el alba, después de lo cual ofrecen a su familia algo para comer y caen en un profundo sueño y ¡hasta pueden llegar a perder la oración del fayr!
   La fiel musulmana y su familia  deben llevar una vida islámica durante Ramadân, esforzándose en  organizarse a sí misma, de tal forma que cuando sus familiares regresen del  tarâuîh (oración voluntaria que se realiza todas las noches del mes de  Ramadân), no permanezcan levantados por demasiado tiempo, ya que  en pocas horas se despertarán para rezar el qiâm al lail y luego comerán  el suhûr, pues el Profeta   nos prescribió comer el suhûr  por el beneficio que hay en él:
"Comed el suhûr, pues hay bendición en ello."[10]
   La fiel creyente ayuda a todos los  miembros de su familia a levantarse para el suhûr, obedeciendo el mandato  del Profeta ,  y con la confianza de obtener las bendiciones del suhûr, tales como el  recordatorio de rezar el qiâm al lail y el estímulo de ir a la mezquita  para rezar el fayr en congregación, así como también los beneficios  físicos del fortalecimiento del cuerpo para el día del ayuno. Esto es lo que el  Profeta 
  solía hacer, e instruyó a sus compañeros a hacerlo de igual modo. Zaid  Ibn Zâbit 
   dijo:
  
"Comíamos  el suhûr con el Mensajero de Allah ,  luego nos levantábamos a rezar. Alguien preguntó: ¿Cuánto tiempo había entre  esos dos momentos? Él respondió: Cincuenta aleyas (es decir el tiempo necesario  para recitar cincuenta Aleyas)" [11]
    No hay duda alguna de que Allah        ,  aumentará las recompensas de la creyente musulmana que se convierta en vehículo  para su familia, al llevar esas bendiciones durante el mes de  Ramadân:
[En cambio quienes crean y obren rectamente sepan  que recompensaremos todas sus obras.]  (18:30)
[1]  (Al Bujâri y Muslim) Ver  Sharh As Sunnah, 6/217, Kitâb as siâm, bâb zauâb  man sâma ramadân.
[2]  (Al Bujâri y Muslim), Ver Riâd As  Sâlihîn, p. 570, Kitâb al fadâ'il, bâb fi amr as  sâ'im bi hifdhi lisânihi ua yauârihihi ‘an al  mujâlifât
[3]  Fath Al Bâri', 4/116, Kitâb  as saum, bâb man lam iada‘ qaul az zûr ua al ‘amal  bihi fi as saum.
[4]  (Al Bujâri y Muslim), Ver  Sharh As Sunnah, 6/221, Kitâb as saum, bâb  fadl as siâm.
[5]  (Al Bujâri y Muslim), Ver  Sharh As Sunnah, 4/116, Abuâb an nauâfil, bâb qiâm shahr  ramadân ua fadluhu.
[6]  Sahîh Muslim, 8/70,  Kitâb as saum, bâb al iytihâd fi al ‘ashr al auâjir min  shahr ramadân.
[7]  (Al Bujâri y Muslim), Ver  Sharh As Sunnah, 6/389, Kitâb as siâm, bâb al  iytihâd fi al ‘ashr al auâjir.
[8]  (Al Bujâri y Muslim), Ver  Sharh As Sunnah, 6/380, Kitâb as siâm, bâb mâ  yâ'a fi lailah al qadr.
[9]  (Al Bujâri y Muslim), Ver  Sharh As Sunnah, 6/379, Kitâb as siâm, bâb mâ  yâ'a fi lailah al qadr.
[10]  (Al Bujâri y Muslim), Ver  Sharh As Sunnah, 6/251, Kitâb as siâm, bâb  fadl as suhûr.
[11] (Al Bujâri y Muslim), Ver Sharh As Sunnah, 6/253, Kitâb as siâm, bâb fadl as suhûr.
 
 

 
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