Con el propósito de alcanzar  este elevado nivel de obediencia, rectitud y taqua (piedad), la  musulmana no tiene otra elección que buscar la guía en el bendito Libro de Allâh                     , acogiéndose a  su sombra todos los días. Por ello, debe leer el Qur’ân regularmente, recitándolo  cuidadosamente y reflexionando sobre el significado de las Aleyas. Sólo así, su significado podrá  penetrar en su mente y emociones, y su corazón y su alma estarán llenas de luz  de su guía inmaculada.
    A la mujer musulmana le es  suficiente conocer el estatus de quien lee Qur’ân, a la vista  de Allâh , así como lo describió el Profeta 
               en numerosos hadîces. Por eso ella debe leer el Qur’ân en cualquier momento en que tenga  la oportunidad, así sus días y sus noches estarán plenos con la recitación de  sus Aleyas y la reflexión de su significado. Dijo el  Profeta 
           :
"Un  creyente que lee el Qur’ân es como un  cítrico cuyo aroma es placentero y cuyo sabor es placentero; un creyente que no  lee el Qur’ân es como un dátil, que  no tiene aroma, pero cuyo sabor es dulce; un hipócrita que lee Qur’ân es como la fragancia de una flor,  la cual posee un placentero aroma, pero cuyo sabor es agrio; y un hipócrita que  no lee el Qur’ân, es como una  coloquíntida (una variedad de manzana amarga), que no posee aroma y cuyo sabor  es amargo".[1]
"Leed el Qur’ân pues se presentará a la llamada  el Día de la Resurrección para interceder por sus lectores".[2] "Quien  lee el Qur’ân con fluidez está con los  honorables escribas piadosos[3], y quien lee el Qur’ân y se  esfuerza en leerlo, a pesar de serle difícil, recibirá una doble recompensa."  [4]
  Conociendo estos testimonios ¿Cómo puede  dejar de leer el Qur’ân una mujer  musulmana? No  importa cuán ocupada  esté con sus obligaciones domésticas y con su papel de esposa y madre. ¿Puede  acaso negar al Qur’ân y privarse a sí misma su gran bendición y la  recompensa que Allâh                 ha preparado para quienes  lo lean?
    En  conclusión, ésta es la actitud de una verdadera musulmana hacia su Señor: ella  tiene una profunda Fe en Allâh  (y voluntariamente se  somete a Su voluntad y decreto). Ella adora a Allâh 
  sinceramente, obedeciendo todos sus mandatos y acatando todas sus prohibiciones.  Ella comprende lo que significa ser una fiel sierva de Allâh 
. Ella se esfuerza constantemente en apoyar su religión y hacer  Su palabra suprema sobre la tierra. Ella está orgullosa de su identidad  islámica, saca su fuerza de su comprensión del propósito de la existencia humana  en esta vida, tal como fue definido por Allâh 
                                                                                                              en el Qur’ân:  "Y no he creado a los yinn y a los  hombres sino para que me adoren." 
[Por cierto que he creado a los genios y a los hombres para que Me adoren.] (Qur’ân 51:56)
[1]  (Bujâri y Muslim), Ver Sharh al Sunnah, 4/431, Kitâb fada'il al Qur' ân: bâb fadl tilâwat  al Qur' ân.
[2]  Sahîh Muslim, 6/90, Kitâb salâh al musafirîn , bâb fadl  qira'at al Qur' ân.
[3]  Es decir, los ángeles que registran los  actos del hombre. Esto significa que la persona bien versada en el Qur' ân gozará de tan elevada posición  en la vida futura que estará en la eminente compañía de esos escribas piadosos.  (Traductor)
[4] (Bujâri y Muslim), Ver Sharh al Sunnah, 4/429, 430, Kitâb fada'il al Qur' ân, bâb fadl tilâwat al Qur' ân.
 
 

 
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